lunes, octubre 17, 2005

LA DIETA DE LOS VIAJES

Hoy explicaremos la famosa dieta de los viajes, o de cómo perder veintisiete kilos y medio, simplemente viajando:

Abriendo sus fauces babosas
amenazándome con mucho estilo
el león de las cumbres rocosas
en un momento me hizo perder un kilo.

En la India de los elefantes
sumergime en el Río Sagrado
y la idea resultó tan brillante
que tres litros perdí, con unas cagaleras locas.

En Italia, en la Torre de Pisa,
se olvidaron de mí al cerrarla al público,
y no es que se dieran cuenta muy deprisa:
cuando abrieron ya había pasado un mes y pico.

En Australia mi tía Domitila
para cenar me puso ornitorrinco
y salpicada por mi vomitina
por la ventana se lanzó de un brinco.

Por último, relataré lo acaecido
en un país de América sureña:
mi brazo, que no tenía la culpa de que allí anduviesen a la greña,
al suelo se cayó de un tiro; pesaba kilo y medio, aún no lo he recogido.

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