sábado, agosto 16, 2008

Animales muertos

Caracoles hinchados con jeringuillas de agua destilada hasta hacerlos explotar. Perros mutilados en orgías de sangre con música sincopada. Peces de colores que agonizan al fondo de estanques abandonados al sol durante meses. Gatos con la cabeza aplastada por la puerta de la cocina empujada por el niño. Caballos blancos ahogados por las bridas, que echan bilis por la boca. Traqueotomías de delfines que expulsan espuma anaranjada bajo las aletas. Ratas aún calientes con los intestinos desparramados en el sótano de la demolición. Corderos que balan en el matadero al recibir la descarga eléctrica. Caldo de cucaracha con las patas aún moviéndose bajo la suela del zapato de una virgen. Sangre de gorriones en la alambrada. Una madre canguro salta enloquecida con su cría envenenada en la bolsa. El coche del capitán general de la tercera región militar es un amasijo de hierros y pedacitos de cerebro. Uno de sus dedos es encontrado por una vieja en la fuente del parque, donde beben los caracoles y los perros.

Mamíferos

La organización social de los zorros es semejante a la de algunos humanos. Frecuentan la noche, se aparean con todas las hembras a su alcance y desconfían de cualquier minúsculo cambio en su entorno. Se mueven en manadas pero viven en solitario. No tienen conciencia, ni gusto artístico, ni refinamiento en la alimentación. Se esconden en sus madrigueras cuando huelen el peligro y persiguen a sus pequeñas presas cuando están seguros de ganar. Las zorras cuidan de sus cachorros, se acicalan constantemente, y adecentan sus escondrijos para la nueva camada. Zorros pelados y próximos a la muerte rechazan climaterios anticipando la ronda de las estaciones, que desde su pequeña vida juzgan eterna.

Mamuts congelados

Mamuts congelados en bloques de hielo gigantescos. Conservados perfectamente desde hace miles de años. Con sus pieles y sus colmillos tremendos intactos. Les brillan los ojos.

Mamuts congelados en cuadros de pintores insignes. Conservados perfectamente desde hace cientos de años. Con sus pieles y sus colmillos tremendos intactos.

Mamuts congelados en la retina de espectadores admirados. Conservados perfectamente durante las últimas horas.

La historia del arte no es la historia de la vida, sólo mamuts congelados. La vida es peor.

La cena pospuesta

El hombre permanece inmóvil dentro del armario. Su madre le espera para cenar, pero el marido de su amante ha llegado de improviso y ahora está cenando con ella. Se le ha dormido una pierna y piensa que su madre y su amante no son tan distintas. Pasan las horas, el matrimonio mira la televisión. El hombre del armario tiene todo el cuerpo entumecido. Un dolor sordo lo recorre e intuye que su madre y su amante son la misma persona. El matrimonio llega al dormitorio, y cuando ella pregunta a su marido que por qué no ha cenado, el hombre comprende que no está en un armario sino en un espejo.

Trágico capilar

Hay un pelo en la barbilla que está sin afeitar. Hay una roca a punto de caer de la ladera. Hay una carretera y un coche solitario. Hay cientos de muertos en la radio y una mujer bellísima casi dormida en el asiento sin volante. Hay, de vez en cuando, un gesto con el dedo, la uña rasgando la barbilla. La mujer muestra al ladearse su escote infinito y anochece y crepita la ladera y la roca se despeña y la radio transmite otra hornada de muertos y el pelo de la barbilla vuela arrancado afuera del coche. Parece que el crepúsculo trae un viento frío. Hay unos niños que esperan y una orfandad que se quiere hermanar con una noche trágica. Pero la roca cae en el arcén y sólo aplasta al pelo.