viernes, diciembre 23, 2005

Estambul

Come, come: capillas insomnes
Abre los paraninfos
Salta, abre, come, vuela
Mece las alegres musas
De las capillas insomnes
Y abre, vuela, come, salta
Pescado, amuletos, cobre.

Un tranvía raquítico
Enseñorea un pasado encíclico
Canta, corre, calles, baila
Morenos y soles
Brisa piedras coches.

Despide el sol las olas
Tres orillas noches tul
Y repite la oración
Estambul sube y baja
Todo es mar y toldos
Humo, sudor y rezos.

martes, diciembre 13, 2005

Nueve de nueve

Te quise.
Te quiero.
Versos demasiado cortos.
Te voy a seguir queriendo.
¿Es mejor por ser más largo?

Ocho de nueve

Sensacíones físicas
como tener el cuerpo lleno de granos
o los huesos rotos.
Como tener la piel quemada
o estar ahogándose.
Sentimientos.

Siete de nueve

Hacía calor dentro de mí
en el futuro que me esperaba.
Pero hoy ya sé
que todo era mentira.
Ahora entre mis costillas
se mueven cristales rotos.
Y el calor dentro de mí
es sólo el pasado.

Seis de nueve

Hay un hueco que grita
entre cada uno de mis dedos.
Puedo llenarlos a veces
con la sombra de mis manos.
O cerrando los puños,
pero siempre se abren.
Y los huecos, desesperados,
siguen gritándome.

Cinco de nueve

Quiero ser un veraneante,
un taxista, un usuario de autobús.
Quiero votar en las elecciones
y olvidarme.
Quiero comprar lechuga
y diarios deportivos.
Quiero hablar del tiempo
y rascarme los cojones.
Quiero ser un imbécil
que se olvide de mí.

Cuatro de nueve

Rabia, odio, asco,
intensa opresión me asfixian.
Y quiero despedazarlos a dentelladas.
Y ríen y crecen.

Tres de nueve

La música suena
infinitamente más rápido que mi sangre.
De vez en cuando
trago saliva que duele.
Noto que si me quito los zapatos
escapará mi alma por los pies.
Desprecio el agua y el sol:
no derramaré ni una sola lágrima.
Pero soy cada vez más pequeño
en este entorno siempre hostil.

Dos de nueve

Un regalo.
Baila en tus manos.
Parpadeas.
Miras para otro lado.
Donde no está mi mirada.
Olvidas el regalo.
Desearías que tus zapatos de tacón
te llevaran muy lejos.
Si desearas algo.
El regalo se rompe.
Ahora sí me miras.

Uno de nueve

¿Qué tienen en común
el aire acondicionado y los cacahuetes?
¿Quién decide qué frío hace
o qué tenemos que comer?
¿Quién decide el frío interior
cuando todo sabe a nada?

jueves, diciembre 01, 2005

Como un tronco con eco (canción)

Si te apetece jugar conmigo al ratón y al gato,
tengo argumentos guardados para un buen rato.
No recomiendo
a una chica estupenda con un mal día
mezclar
licor de cinismo duro con zumo de melancolía.


¿Por qué perseguías mi sombra hasta tal extremo
que no daba un paso solo
no vivía sin tu olor
no me llevaba las manos
a los bolsillos vacíos
sin encontrarme tu mano
buscando mi poderío;
que no dormía tranquilo
si no te oía roncar como un tronco con eco
como un terremoto de varios epicentros
como los jabalís cuando roncan
como un tronco con eco?

Yo te decía:
conoce gente, viaja, o conéctate a interné
que mi novia anterior
también estaba loca, también la interné
que serás muy sensible
pero la ropa interior
te la sujetas con imperdibles.
Te dejo, María Fernanda, estás muy nerviosa
-no me extraña-
viviendo en un manicomio con telarañas
-no había otro-
¿Antes hablabas así, con la voz gangosa?

Si te apetece jugar conmigo al ratón y al gato,
tengo argumentos guardados para un buen rato.
No recomiendo
a una chica estupenda con un mal día
mezclar
licor de cinismo duro con zumo de melancolía.


Archimandrita, turiferaria, fría
colipoterra, gualdrapa,
bruja, sabihonda y arpía:
si te portas bien y te comes todas las pastillas
es posible que un día
te extirpen las ladillas
te desaten la camisa
te limpiemos esos mocos
recuperes la sonrisa
y te demos la razón como a los locos.
Hasta entonces,
si tienes ganas...

...de seguir jugando conmigo al ratón y al gato,
volveré con más argumentos para un buen rato.
No recomiendo
a una chica estupenda con un mal día
mezclar

licor de cinismo duro con zumo de melancolía.