jueves, mayo 23, 2019

¿Quién dice la verdad, quién miente?


¿Quién dice la verdad, quién miente?
¿Quién sabe responder a todas las preguntas?
¿Quién, con el alma en la mano,
es capaz de encontrar la respuesta adecuada,
sin querer ocultar los pies tras la maleza,
mostrándose descalzo, dispuesto a claudicar,
abriendo su inocencia a los ojos que escrutan?
Los magos y los lobos, al son de sus instintos,
bailan mientras los perros contemplamos sin ver.
Gigantes que en la masa sólo somos hormigas,
semillas de cicuta dispuesta a envenenar,
eslabones de un ciclo quizás ribonucleico,
movidos por el miedo, sujetos al azar,
encadenados todos al devenir del tiempo
y pasando del blanco al negro de la muerte.
¿Quién dice la verdad, quién miente?
¿Quién sabe responder a todas las preguntas?
Cabalgamos en grupo trotando sin destino,
creyéndonos los mitos de la inmortalidad,
hasta que la esperanza revienta y nos salpica
con su sopa de agua sin liofilizar.
Detectamos que el mundo, el demonio y la carne
son sólo teorías, simbología de humo,
arquetipos vacíos, recetas sin salar,
termómetros con dientes que nos atacan fieros
devolviéndole al polvo la oración sin rezar.
¿Quién dice la verdad, quién miente?
Las verdades murieron antes de haber nacido:
nos quedan la palabra, el asfalto y el mar.