La felicidad existe porque cuando estamos contentos la sentimos
Y me importa un bledo que me digas que soy un simple
Porque los dos sabemos que hay millones de simples
Y los simples heredarán el reino de los cielos
Para poder sentirse felices de nuevo, como se sintieron en la Tierra
Y los que no alcanzan nunca la felicidad de saberse queridos
Son los que irán al infierno, porque nunca habrán querido tampoco
Lo sabemos tú y yo y nadie más, porque no hace falta que nadie más lo sepa
Arrancaremos con nuestros dientes todos los hierbajos del asfalto
Y la carretera quedará limpia para poder seguir circulando
Sin que el ministerio archive que está limpia gracias a nuestros mordiscos
Y en las salas de fiestas los borrachos bailarán lento mientras la humedad cae por las paredes
Pero de madrugada las primeras luces les dirán que no importa la humedad
Como tampoco nos importa a ti y a mi si hay o no salas de fiestas
Porque todos los días son fiesta si sonreímos y si nos arañamos y si tu lengua está erecta
Como tu frente, como tu culo alzado por esos tacones infinitos
Y brindaremos de nuevo por la única causa todavía vigente, la de la ficción
Que sigue sosteniendo nuestra sonrisa boba, como la de tantos millones de simples
Que creen, como tú y como yo, que la realidad no importa ya
Que aunque nunca volarán pájaros en nuestro estómago
Que aunque nunca caminaremos sobre nubes
Ni hormigas nos recorrerán la nuca con sus pasos escalofrío
Tenemos hormigas, nubes y pájaros de sobra
Mientras sigamos cantando el himno de lo que existe sólo en esta ensalada de sienes
En esta dulce, mísera, resacosa, infantil, peligrosa, romántica y obscena ensalada de sienes
martes, septiembre 05, 2006
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