Estoy atrapado en mitad de la noche,
barrio conflictivo.
Y algo me dice que de buen seguro me van a rajar,
a rajar el ombligo.
Aún tienes palabras para asegurarme algo positivo.
Pero pasan coches
y lo más que callas son tres balbuceos de riesgo pasivo.
Y muero por dentro y me balanceo
y siento ese frío
que me sobreviene cuando algo no anda,
cuando algo está feo.
Vienen los marrones de la madrugada
y tú ya te has ido.
Reviento de pena y las navajadas confirman mi hastío.
(De tráfico no es el atasco,
sí de intestinos en barrena).
Y los blanquinegros de las luces grises me llenan de asco.
Muero sin remedio por tu ninguneo
y por tu mal vicio.
Y sé que no somos más que dos centellas de carbón lignito
en una jornada que ansiaba pareja
y no es más que un mito.
Un regurgitar de caléndulas muertas
y un mar de detritos.
sábado, noviembre 23, 2024
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